miércoles, 19 de septiembre de 2012

Destrucción de la Hacienda Palo Seco

Lynch impuso a las haciendas de El Puente y Palo seco, una contribución de 100.000 pesos, dirigiendo al señor Dionisio Derteano, el siguiente telegrama: “Con arreglo a las instrucciones que he recibido de mi gobierno, impongo a su ingenio de Palo seco, una contribución de guerra de cien mil pesos en plata o especies que valgan esa suma. Si no concreta Ud. inmediatamente, dando las órdenes correspondientes a su empleado, para que satisfaga la indicada contribución, tendré el dolor de arrasar completamente su ingenio de Palo seco. Puede Ud. indicar los medios de pagar la mencionada contribución de guerra.- firmado: Jefe de la División del ejército Chileno en Chimbote.” Se da un plazo al administrador de ellas tres días de plazo para procurarse el dinero. 

Nada detuvo a Lynch en su obra de exterminio y desolación. Apenas se convenció de que el cupo no sería pagado, dio la orden de incendio, destrucción y saqueo.
Las hordas salvajes, volaron con dinamita las maquinarias, incendiaron los cañaverales y los elegantes edificios; talaron los árboles frutales y recogieron inmenso botín de objetos y muebles de gran valor; era un espantoso espectáculo presenciar tantas riquezas acumuladas por el trabajo y la industria, convertidas en un montón de escabrosos restos. A estas nefastas acciones de destrucción se sumarian 200 chinos coolíes que habían sido encontrados en un galpón de la casa hacienda, dados libertad por los chilenos, estos se dedicaron al saqueo y a atizar el incendio, destruyendo la cárcel de la hacienda y todo lo que encontraban a su paso como tratando de vengarse de las ofensas y las condiciones de esclavitud y castigos a las que fueron sometidos por el personal de la hacienda.




El parte del Ingeniero al servicio de Chile, Don Federico Stuven, aquel que dirigió el horror, describir patéticamente dicho infeliz acto:

“El día 13 llegó la orden de US. A Palo Seco, y encargué el trabajo de volar con dinamita toda la maquinaria, al capitán Marcos Larham, quien lo hizo con toda eficacia”. Las pérdidas se calcularon por Stuven en más de dos millones quinientos mil soles de plata. El Perú perdió una de las fuentes de su riqueza agrícola, y un ciudadano suyo quedó arruinado.

Al año siguiente, Don Dionisio Derteano ofrecería su sangre y la de sus hijos a su patria, batiéndose como Comandante General de la Primera División de Reservas en la Batalla de Miraflores, luchando contra el invasor chileno. Salvaje por donde se le vea.

 

1 comentario:

  1. necesito el listado de los emigrantes adoptados por la hacienda DERTEANO ya q tengo un familiar q estuvo alli era chino coolies mandar información a giovana martinez derteano correo giovana_shilca@ hotmail.com

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